jueves, 20 de mayo de 2010
Anoche estuve viendo fotos tuyas. No pude resistir la tentación. En cierto modo es irremediable, eres excitante. Todo en ti es excitante. Incluso la montura de tus gafas. Más de una vez las llevaste puestas en mi casa. Yo intentaba hacerte ver que era un buen tipo, que todo lo que habías sufrido por esos niñatos con los que habías salido antes era una mera anécdota, sólo preliminares de cara a la gran satisfacción. Supongo que soy bastante menos que cualquier plan excitante. Que cualquier sobrevalorado verano. Que todo fue una chorrada, una locura, que las piezas del puzzle nunca encajaron. Ni tan siquiera cuando intentamos pegarlas con cola. Un vaso de vino y un poco de Kerouac, por favor.
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