martes, 29 de septiembre de 2009

COMO EN LAS PELÍCULAS AMERICANAS

Chico déjalo ya porque nada es como tú pensabas... Aquí no marcas el tanto que da la victoria en el último minuto, ni te quedas con la chica, ni le robas el dinero del almuerzo a la gente ni desayunas tortitas con sirope... Aquí no hay baile de graduación y Robert no está para tocarte los cojones ni presumir de su Chevrolet Camaro... Aquí Jessica no es la hija angelical del director de la escuela, sino la cajera del super de la esquina, aquí no puedes ir en coche al instituto salvo que seas un fracaso escolar y tu grupo nunca llega a comerse un moco. Aquí no sacrificas tu futuro por cumplir tus sueños ni te refugias en la casa del árbol cuando quieres huir de los problemas. Aquí bebemos en la calle, fumamos como carreteros, tenemos cerveza en los McDonald's, follamos con calcetines y los domingos vemos el fútbol. Y, si te digo la verdad, estamos cien mil veces mejor así.

viernes, 25 de septiembre de 2009

TEMITA FINO

Hace un par de días, mi amigo Pabler me enseñaba su nuevo proyecto, llamado UN DÍA EN ELCHE. La verdad es que es un blog fantástico, no sólo por el contenido útil, sino por todo el corazón que le pone Pabler al hablar de la ciudad que no le vio nacer pero sí crecer y, de la cual, se ha llegado a sentir dueño y señor. Algo así me pasa a mi con Vigo, la ciudad que me vio crecer y que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en mi hogar. Esa sensación de nunca aburrirte, de siempre poder improvisar algún plan, de poder ir andando a cualquier lugar, de conocerte hasta el último garito o de llegar a creerte su propietario es algo que sólo se puede experimentar en lo que algunos se empeñan en llamar ciudades de provincia. Ahora vivo en Barcelona, y tendrá todas las cosas que tú quieras y será tan moderna y europea como queráis, pero ¿dónde queda el alma y la sencillez de una ciudad pequeña? Saludar a la gente, encontrarte en los bares, conocer a todo el mundo...

Volviendo al tema principal, Elche es una ciudad que significa mucho para mi. Tengo que reconocer que sólo he estado allí una vez, y que ni siquiera llegué a visitar El Huerto del Cura, pero la ciudad de las palmeras tiene un aroma especial que engancha desde que uno llega. Supongo que una parte importante de la culpa la tendrán los buenos amigos que tengo en la ciudad, hablo de Pablo, Álex, Paquito, Rafa, Carlos... También tiene gran culpa el arroz con costra (en especial el de la abuela de Pabler) y las muchas risas que me regaló Santa Pola. Ese verano de 2007 que resulta, a la vez, tan lejano y tan cercano. Y lo cierto es que si, hay cosas que han cambiado. Ni Pabler ni yo tenemos grupo, y yo escucho más a Wilco que a All Time Low, pero en el fondo todo sigue igual. Temita fino amigos, temita fino.

jueves, 24 de septiembre de 2009

sonríes

Sonríes porque empieza el día, porque sale el sol, porque queda zumo en la nevera y porque estás de vacaciones. Sonríes porque tienes planes, porque ella vendrá y porque últimamente, no sabes como lo haces, pero todo sale bien. Sonríes porque hoy ves a tus amigos, y porque en el bar ha sonado esa canción. Sonríes porque ha ganado tu equipo, porque tienes dinero en la cartera y porque anoche le diste todo el placer del mundo a aquella chica que se lo merecía.
Pero, al fin y al cabo, sonríes porque otros lloran.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Me pasaba el día jodido pensando dónde coño podrías estar. Quizás con tus amigas tomando un vino en algún sitio del centro, en alguna exposición acompañada por uno de tus amigos gays, cenando en un restaurante caro con algún joven abogado que trabaja en un prestigioso bufete o, peor aún, follándotelo sin ningún tipo de escrúpulo sobre algún mueble de diseño de su loft. Y mientras yo ahí estaba, sin nada que hacer y sin ningún tipo de ilusión por nada. Me metía en la cama y no conseguía sacarme toda esa mierda de la cabeza... Pensaba en ti y en todo lo que brillaba a tu alrededor, tu vida de ensueño, tu cuerpo de gimnasio, el dinero en la cuenta bancaria, las compañías que tus padres se esperaban de ti y un montón de eso que algunos se empeñan en llamar ``sexo sin compromiso´´. Te ofrecían cenas a la luz de las velas y copas en la terraza de un hotel, mientras que yo estaba en aquel piso de mierda borracho y cantando Mansions a las dos de la mañana, y mientras en la tele una porno sin volumen...

Me preguntaba qué había sido de mi, de aquel chico del grupo que sacaba buenas notas y al que todo el mundo quería. Ya ni saludaba por la calle, y evitaba a las amigas de mi madre y sus típicos: ``¿Qué tal el grupo? ¿Y la universidad?´´. Me miraba al espejo y no me veía, me oía hablar y no me escuchaba, y si algo me recordaba a aquellos días me hundía aún más. Me sentía pequeño, inútil, sin ningún tipo de cometido en la vida y totalmente prescindible en ese mundo en el que un día había sido alguien. Todas esas noches, olvidando quien era, sintiéndome peor... Todas esas noches son historia.

viernes, 11 de septiembre de 2009

MUCHAS NOCHES, NOCHES MUCHAS

Toda esa mierda del karma, de atraer energías positivas, de ver el vaso medio lleno y no medio vacío... Yo nunca había creído en esas cosas, y tampoco es que lo haga ahora, pero estoy en una nueva dinámica totalmente positiva.
Y la verdad es que ahora siempre veo el vaso medio lleno, sobretodo por las noches, más concretamente cuando me acerco a la barra a decirle a la camarera la frase que algún día espero se dignen a poner en mi epitafio: ''Ginebra con tónica, por favor''.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Me gustaría poder decir que escribí esto en una servilleta de papel en un bistró parisino, o en una Moleskine mientras sobrevolaba el océano Atlántico, pero, gracias a Dios o por desgracia, no es así. Como mucho lo escribí en el bloc de notas de un portátil que ni siquiera es mío, o esperando a que se calentase mi pizza precocinada en el horno o en un vuelo de bajo coste rodeado de guiris borrachos. Son los últimos días del verano, y no siempre sale el sol, y si lo hace yo no me doy cuenta de que es día de playa. Y me jode estar sentado al sol discutiendo, porque no era mi intención, y estoy seguro de que tampoco la tuya. Y lo siento por cualquier frase malsonante, o por cualquier interpretación errónea, pero ya no se que más decir. Ojalá pudiésemos parar el tiempo, o pasear por el mundo hasta el fin de los días sin ninguna preocupación. Ojalá hiciésemos ese viaje, o viviésemos en esa ciudad. Ojalá tuviese ese coche, ojalá ese apartamento de verdad. Pero mientras nos queda esto, que tampoco está tan mal.