jueves, 4 de febrero de 2010
meando por un tubito
Me viniste a ver y follamos y nos fumamos un piti después y todas esas chorradas que vemos en las películas y me hiciste un resumen de todos los tíos a los que te habías tirado ese año, diciéndome lo grande que la tenía Rafa y lo poco que aguantaba José y parecía que llevases toda la vida follándote a tíos por ahí y que eras toda una experta y que pronto te llamaría algún programa de televisión para contratarte como sexóloga y a mi todo aquello me empezó a asquear y me fui, bajé al bar y me pedí un whisky aunque fuesen las cinco de la tarde me dio bastante igual lo que opinasen el resto de personas buenas que tomaban sus cafés y leían la prensa y yo mientras no me quitaba aquello de la cabeza y me arrepentía de haberlo valorado alguna vez por lo cual tomé la determinación de hacerme monje o de cortarme el miembro y donarlo a la ciencia para ver si descubrían algo interesante, así que volví a casa, ya te habías marchado y no habías dejado ninguna nota como hacen en las películas, y me fui a la cocina, donde me encontré aquellas viejas tijeras manchadas de pescado y, si te soy sincero, en el momento me acojoné y, como de costumbre, me eché atrás y me volví a mi habitación, allí las paredes no hablaban, sólo se reían de mi, mirándome como si no tuviese huevos a hacerlo, y como en el fondo soy más susceptible y menos predecible de lo que pienso me fui al baño y me hice ahí un buen apaño y parecía aquello el Mar Rojo y pensé en todos mis amigos y en todas aquellas bellas mujeres que se estaban perdiendo algo grande, muy grande, y que jamás tendrían la oportunidad de comprobar si aguantaba más que José o la tenía más grande que Rafa. Ahora meo por un tubito.
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muy buena jaja
ResponderEliminarTe entiendo, yo en Noviembre meaba por un tubo (no quiere decir necesariamente que mease mucho, que también, sinó que orinaba a través de una sonda).
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